viernes, 2 de octubre de 2009

Patito y Patota, un asunto lírico sexual

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¿A Patito la hicieron cantar o a Patito le en-cantó Patota?
(O cuando el en-canto de la comedia le pone clave de sol-fa a la tragedia.)
¿Quién desafina aquí?

Por Juan Carlos Sánchez Dodorico



El artículo de Orlando Gauna que publica hoy PyD extraído del blog de su autor sintetiza lo que pienso de este tema. (Léala aquí)

Tomando en clave de sol-fa la declaración de Patricia Isasa -en el juicio por los derechos humanos que se lleva a cabo en Santa Fe y acusando a Eduardo Ramos de violarla- Gauna nos faculta a especular sospechosamente sobre la autenticidad de estos hechos como también de otros que apuntan a sustentar la hipótesis de la vigencia actual de la “patota” y que sirve de soporte mediático a la prisión preventiva de los encartados como también a su futura e irremediable condena, independientemente del derecho y de la justicia que en esto y como por en-canto hizo mutis por el foro.

En una nota publicada en este diario con fuente en el sitio colega Notife que lleva la firma del joven periodista Héctor Galiano, se recuerda la denuncia de la misma Isasa por presuntas amenazas –hecho jocoso si es que los hay- y la sustracción de un automotor utilizado por la Secretaría de Derechos Humanos de Santa Fe al que se le otorgan ribetes procesistas, desestabilizadores y genocidas.
Considerados los argumentos utilizados desde la parcialidad política del medio Web y del autor es imposible negar la ductilidad de los argumentos esgrimidos sin que terminen de convencer. Es un sofisma bien desarrollado y nada más.
Ni Isasa fue amenazada (véase el texto de los mensajes que la aterraron) ni es nuevo que un auto sea robado. Isasa (bien lo sostiene Gauna desde una nota anterior) no aporta a la denuncia la identificación del teléfono desde el cual se emitieron los mensajes que tienen origen geográfico en la ciudad de Reconquista. Si los aporta, la autoridad que investiga omite o ignora los modernos sistemas de seguimientos de comunicaciones que permitirían al menos incomodar al autor de la presunta amenaza.

Tampoco la misma autoridad (siempre es la misma) aclara a la comunidad que tal amenaza no existió y vuelvo a referir el texto de los mensajes.
La misma autoridad (siempre la misma) sirve de soporte al argumento de que el robo del auto en Rosario, seguido de un mensaje de texto nombrando al Proceso de Reorganización Nacional, es intimidario y amenazante. Esto lo permiten los funcionarios responsables del área –y hasta puedo decir que lo promueven- pese a declaraciones de personal policial que de sustracción de automotores alguna experiencia tiene.
Pero es necesario generar en la sociedad otra nueva crisis sistémica que sirva de soporte al mamarracho de los juicios que se llevan a cabo.
Algún día, es de esperar, deberán enfrentar el reproche, social al menos, por potenciar el clima de caos e inseguridad jurídica que domina a la comunidad nacional defendiendo así sus personalísimos privilegios.

Y retorno al título de esta nota: Patito y Patota.
¡Gauna, hay un petardo pendiente de explosión en tu trasero!
Es tuyo, haz de tu culo un pito si lo deseas y... levanta vuelo.

Suponer, sólo suponer que Patito se calentó con Patota es una irrespetuosidad inadmisible. Sugerirlo, el desasosiego del alma. Los jóvenes idealistas fueron modelos de conducta moral, ¿o no?; de subordinación a los valores cívicos, de coraje y de autenticidad nacional.
Lo que puede haber pasado es que Patito busco “palenque donde rascarse” y eligió a Patota y entonces... Patota es un héroe de los derechos humanos porque impidió que otros la violaran.
Patota era el jefe de la banda, aclaro, el que tenía la batuta, el director de la orquesta. Elegía la música y marcaba el ritmo.
Patota enfrentó exitosamente a superiores jerárquicos, custodió las intimidades púdicas de Patito, pudo defenderla de sus propios compañeros patoteros, ¡toda una hazaña! Patota Ramos tiene derecho a un monumento como lo tiene el Che Guevara. ¿Por qué estará preso?

O al menos, Patota merece ser elogiado por enseñarle a cantar a Patito si no es que Patito aprendió a cantar sola como muchos de sus congéneres que lo hicieron y aún lo hacen a coro.
Las técnicas de vocalización, impostación, fraseo, expresión y ni hablar del saber leer una partitura no son conocimientos al alcance de cualquiera. Los aportes de Patota si los hubo, deberían ser agradecidos.

Como ven, este asunto tiene mucho de arte, de bel canto, tiene el en-canto de la nota imposible arriba del pentagrama, esa que dan solamente los elegidos en sostenido bemol. Tan sostenida que lleva treinta años resonando.
Lástima que desafinan.

Hay que decirlo para que los muchachos en el futuro sepan como se escribió esta partitura y que no siga el baile.


E-mail del autor zschez@yahoo.com.ar
01 Oct 09

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