POR SILVANA VARELA
El paso de Francisco de Narváez por la capital bonaerense, La Plata, provoco comentarios que ni siquiera puede terminar de silenciar el notición de la urgencia médica de Néstor Kirchner. Algo está ocurriendo entre Carlos Reutemann, de Narváez y Sergio Massa. Hay diálogo, aún cuando al 'Alemán' le guste más la mímica que balbucear. Hay proyectos. La siguiente nota intentó profundizar en las novedades al respecto:
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Para Francisco de Narváez, nada puede ser improvisado.
Desde que se propuso formar parte de la política argentina, ya no como proveedor, sino como alguien que pudiera acceder a cargos electivos, no ha dejado de crecer, al menos en las encuestas de opinión, las que no sólo hace a menudo, sino que además, les da importancia para definir estrategias.
Éste es el punto principal del que se sostienen quienes a su alrededor le dicen a diario que no hay límites, y que si se lo propone, puede alcanzar lo que quiera (incluso, la Presidencia del país).
A de Narváez, además, le ha dado resultado una extraña alquimia, la mezcla de empresario con político, con elementos que quizá sean más del terreno de análisis de los sociólogos, pero que en vista de los resultados obtenidos hasta el momento, le funcionan.
Su búnker casi aséptico con detalles de cuidada estética, recostado en una vanguardia tecnológica, y actos con logística al estilo Barak Obama, es una manera que hasta ahora poco logra encajar en el universo de dirigentes acostumbrados a la universidad de la calle; el lenguaje de las barricadas y los actos en los que no puede estar ausente el choripán.
Este empresario que alguna vez desafió a todos en medio de la campaña y aseguró “la plata es mía, toda mía”, y justificó así la enorme capacidad de penetración que pudo comprar con centímetros y minutos de publicidad que pusieron su cara hasta en la sopa, puede darse el lujo de jugar al ta-te-tí con las opciones futuras, pero no sólo porque con su poder de billetera compite codo a codo con el oficialismo, sin la desventaja del desgaste de quien ejerce gestión, sino porque además, aprende rápido, y eso es el certificado de defunción de las sociedades políticas que emprendió hasta el momento.
Mauricio Macri coquetea desde hace rato con la posibilidad de ser candidato a Presidente, algo que parecía mucho más sencillo cuando su índice de popularidad rebosaba al frente del Club Atlético Boca Juniors, o cuando accedió a la Jefatura de gobierno de la Ciudad. Desde que llegó, los 100 pasos que decía Fernando De la Rúa separan a la intendencia porteña de la sede del gobierno nacional, cada vez resultan más, y con más obstáculos.
Aún así, Macri aspira a poder organizar su fuerza a lo largo y ancho del país (comenzará desde ahora poniendo énfasis en la juventud Pro), y en ese esquema, cada vez está más distanciado de de Narváez, con quien dicen, no se habla desde fin de año.
El otro socio del trío que mostraron en junio pasado, Felipe Solá, siempre adelantó que le gustaría llegar a la Presidencia también, y tuvo desde el armado de las listas, diferencias notorias con 'el Colorado', que tuvieron que freezar por el bien mayor, que significaba aunar fuerzas para ganarle la provincia de Buenos Aires a Néstor Kirchner.
Uno de los mentores de la fusión de estos tres mosqueteros, Eduardo Duhalde, también tomó distancia de de Narváez, y aunque mantiene vínculos permanentes con varios de los que se sientan a la mesa chica de ambos, no le gustó ser negado (cuando previo al 28 de junio, los tres decían que Duhalde no tenía nada que ver con el armado), y tampoco va a 'regalarle' el trabajo territorial de la provincia que él sabe, está basado en una columna troncal que responde a su figura, y que apoyó a De Narváez porque hubo quienes así lo pidieron en nombre del propio Duhalde.
La semana pasada de Narváez reunió a los legisladores provinciales de su línea en La Plata y aseguró que no buscará la Presidencia de la Nación, y que le interesa la gobernación bonaerense y, a pesar de que muchos creen lo contrario, sus movimientos más recientes indicarían que quizá no esté faltando demasiado a la verdad.
Durante enero, el empresario descansó en Cariló, pero con la vorágine política que tuvo este verano, ni las vacaciones fueron inocentes para ninguno de los protagonistas del escenario nacional.
Con quien tuvo varias conversaciones en las que dicen, no hablaron precisamente de las olas y el viento, fue con Sergio Massa, otro turista en las playas de Pinamar.
Sin embargo, las charlas más preciadas, son las que mantuvo con Carlos Reutemann, algunos dicen que sólo telefónicas, y otros aseguran que ya hubo al menos dos reuniones entre ambos en Buenos Aires.
El principal problema de de Narváez para pensar en la Presidencia de la Nación, es haber nacido en Colombia. Una eventual postulación, abriría la discusión de constitucionalistas y derivaría sin lugar a dudas en una contienda judicial para analizar si puede o no ser Jefe de Estado siendo naturalizado; pero habiendo ya sido electo en dos oportunidades como diputado nacional y habiendo sido incluso, candidato a Gobernador, dicen que podría, por ejemplo, ser Senador nacional, e hilando fino, dicen también, si puede ser Senador, puede ser Vicepresidente.
Ese escalón podría ser el moño para un acuerdo con Reutemann, en el que el santafecino encabezara la fórmula y de Narváez le garantizara un caudal de votos nada despreciable en la provincia (con PJ e independientes), y mejor aún, si además, convencen por ejemplo a Massa para que intente llegar a la Gobernación en 2011.
“Unión-Pro está partido y sin retorno. De Narváez, Macri y Solá apuntan para distintos lugares, así que cada uno tiene que velar por sus propios intereses”, asegura una fuente bonaerense.
Cuando de Narváez le respondió a Kirchner y a Hugo Moyano, dejó en claro que iría por el PJ, lo que precisamente molestó de sobremanera a Macri, y lo que causa resquemores en los militantes ortodoxos, que sin embargo, miran con simpatía a Reutemann (porque además creen que si el santafecino acepta ser candidato, el propio Eduardo Duhalde declinaría su postulación y lo bendeciría).
Por ahora, el panorama sigue abierto y movedizo, y además, el acuerdo generalizado es estirar el tiempo y presentar las cartas sobre la mesa recién dentro de 7 meses; pero al menos en los pasillos bonaerenses, ya son varios los legisladores e Intendentes que apuestan a un acuerdo macro que les permita devolver a Kirchner a los vientos patagónicos y competir incluso contra los demás contendientes.
Imaginan que quizá así, no sea necesario probar si la alternancia de partidos al frente de una Nación es o no tan ventajosa como algunos pregonan.
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