miércoles, 11 de noviembre de 2009

El último Triunfo

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...vean quien los gobernó, quien los atemorizó, quien los compró... Bastardos cobardes, ¿de qué se quejan? ¡Fui yo!

Por Juan Carlos Sánchez Dodorico


Lucio Cornelio Sila avanzaba lentamente hacia Roma, muy lentamente.
El genial general prototipo del noble romano y favorito de la diosa Fortuna, albino, de cabello rojo dorado y ojos celestes, de impresionante presencia física en su juventud ya deteriorada, bisexual, sarnoso y diabético de quien decía uno de sus rivales derrotado y muerto Cneo Papirio Carbón que en él dormitaban un zorro y un león y que el zorro era con mucho más peligroso que el león, esperaba el momento en que Roma lo desease harta de violencia, necesidades y guerra civil. Que Roma le abriese las puertas. Y eso sucedió al punto que habiendo ingresado, el poder fluyó hacia él con naturalidad. Corría el año 82 a.C.
Sila fue el dictador más cruel de la historia romana, también uno de sus legisladores más prolíficos.
Considerando concluida su misión y deseando liberarse de la carga pública que se había autoimpuesto, renunció a su cargo y se retiró a su villa de Miceno donde murió al poco tiempo. Salió de Roma en una parodia de triunfo * acompañado de prostitutas, deformes, enanos y travestis. Fue su forma de reírse de sus colegas aristócratas y senadores, una gigantesca carcajada con la cual seguramente quiso decir “vean quien los gobernó, quien los humilló, quien devolvió a la República a sus orígenes, a quien temen, a quien aman y odian...” Fue el final de la Roma republicana y el principio del imperio. Sus esfuerzos por consolidar el mos maiorum sirvieron mientras él vivió pese a haberlos contradecido desde el principio y en los principios y duraron hasta el advenimiento al poder de Cayo Julio César. Esto demuestra que no solamente con leyes se restituye la naturaleza a la Patria.

En el año 59 a.C. Marco Bíbulo, elegido segundo Cónsul detrás de Cayo Julio César el futuro Dictador, se retira a su residencia a mirar el cielo en busca de presagios. La práctica religiosa tenía como objetivo impedir a César legislar durante su consulado y fue infructuosa al punto que los romanos de la época que designaban los años por los nombres de sus cónsules denominaron a ese como “el año de Julio y Cesar”.
Julio César terminó haciéndose designar Dictador perpetuo y su vida terminó al ser asesinado por una conjura de senadores.
Lo siguió la tercera guerra civil finalmente acabada por César Octavio, sucesor de Julio César quien legaría el nombre de César que usarían todos los emperadores romanos hasta el derrumbe del imperio.

¿Qué tiene que ver con nosotros los argentinos estas historias de la vieja Roma? Veamos.

Hace años escribí que Néstor Kirchner necesita del caos para gobernar, lo sigo sosteniendo y cada día más. La guerra de facciones que desató en los últimos días profundizando la crisis muestra descaradamente su intimidad diabólica, la profundidad de su egoísmo. Nada le importa salvo el poder y el dinero, nada respeta.
Claudia Rucci me estremece. Me dice en la entrevista que publicamos –y que reenviaron y republicaron muchos- que:
“Los Kirchner tienen la gran capacidad de destruir cualquier causa justa...”
“Son muy inescrupulosos, son capaces de cualquier cosa...”
“Cristina NO me hace sentir orgullosa de ser mujer…”
¿Quién es realmente Kirchner? ¿Qué es?

¿Espera Kirchner, como Lucio Cornelio Sila, que Roma le abra las puertas desde la desesperación?
¿Qué la Argentina sea tan in-vivible que se lo prefiera a él? Es posible. Controla fuerzas propias y ajenas, a las propias las envía a generar el caos, a las ajenas las desafía e irrita para que también salgan. Muchos pueden llegar a pensar que es preferible malo conocido que bueno por conocer, que ya que pudo edificar un caos controlado desde el 2003 podrá seguir haciéndolo. Se equivocan, Kirchner ya no es el mismo, es un desesperado en el tramo final de su recorrido y solamente podrá salvarse si el corpus civica se asusta y obnubilado desaparece de escena aceptándolo nuevamente.
Repetiré hasta el cansancio: Dije y sostengo que será la izquierda –irreconocible por su acendrado capitalismo- la que terminará con Kirchner y ¿gobernará? ¿Será alternativa de poder? ¿Existe...?
¿Es izquierda –históricamente, ideológicamente considerada- esa fuerza controlada por magnates disfrazados con ropas de oferta que se enfrenta a sí misma buscando participar del reparto de los dineros públicos?

¿Quién es Bíbulo en la Argentina hoy? ¿Quién mira el cielo buscando presagios? Un trueno, un águila volando hacia la izquierda de la Curia Hostilia (donde se reunía el Senado), nubarrones... ¿La oposición? ¿Qué oposición?
¿Es la oposición esa incapaz de unirse ante el enemigo común?
¿Quién será Julio César?
Pregunto, nada más...


Aterra pensar que el período constitucional de dos presidentes se denominará el período de Kirchner y Kirchner. Y que nos resignamos.
Logró (Néstor) ingresar a la política grande gracias a Eduardo Duhalde y a su personalismo anti Menem, él lo trajo, dividió el peronismo. Logró (Néstor) quedarse dividiendo a los argentinos que a su vez se siguieron dividiendo. Comprando a los que se vendían. ¿Cuánta gente hay en venta en la Argentina? Entre pobres y ricos, ¿cuántos?

Cuando Kirchner se vaya definitivamente, ¿repetirá el triunfo de Sila? Bien puede decirnos a todos, como Sila, vean quien los gobernó, quien los atemorizó, quien los compró... Bastardos cobardes, ¿de qué se quejan? ¡Fui yo! La gran diferencia entre Sila y Kirchner será que nada quedará salvo la ruptura, el quiebre social, el desvalor, el trabajo de recuperar la república y reconstruir la Patria para todos. No dejará como Sila legislación positiva, no se vivirá la tradición (que gran palabra olvidada), o se recordará la historia. ¿Qué era el mos maiorum para la vieja Roma? Pues simplemente la constitución no escrita, la forma en que siempre se hicieron las cosas y como debían seguirse haciendo. Kichner rompió todo como corolario de su personal ruptura con la política a la que entiende como instrumento de satisfacción personal y no de servicio.
¿Repetirá el triunfo de Sila? ¿También lo acompañarán enanos, prostitutas, travestis, ladrones, comprados, clientes?


Describir la Argentina de hoy no vale la pena, todos la conocemos, todos la sufrimos. Importa saber si somos capaces de hacer algo, si es posible dejarles a nuestros hijos y nietos algo mejor que el país de escape que tenemos, un lugar amado del que tantos desean irse, escapar.
Importa saber si nos quedaremos mirando el cielo para que otro lo haga.
Importa demasiado.


* Triunfo: Desfile de los generales victoriosos que ingresaban a Roma desde el Campo de Marte con sus legiones desarmadas y exhibiendo prisioneros, trofeos, objetos saqueados y carrozas con maquetas y dibujos gigantes de los momentos importantes de su campaña. Era votado por el Senado.



E-mail del autor zschez@yahoo.com.ar
10 Nov 09

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