domingo, 16 de agosto de 2009

DERROCHANDO EN MEDIO DE LA MISERIA


¿Cómo calificaría cualquier lector en pleno uso de sus facultades mentales, si intencionalmente –por una rara mezcla de desaprensión, ignorancia supina, y manifiesta mala fe- se tirara –se derrochara irracionalmente- más de medio millón de litros de gas oil por hora?
Exactamente, se habla de “tirar a los caños” más de 500.000 litros de combustibles pesados por cada hora que transcurre. ¡No cabe duda que tamaño irracional derroche movería al estupor, seguido de la lógica indignación respecto a los responsables de tan descomunal dispendio!
Para poner un valor económico al cuantioso derroche del ejemplo, advirtamos que el gas oil es técnicamente el mismo combustible que el diesel oil, con un colorante distinto a los efectos de su diferenciación.
En números redondos, y para facilitar los cálculos, puede cuantificarse tamaño irracional derroche en el orden de un millón de pesos ($ 1.000.000) por cada hora de “grifos abiertos” al vacío.
Esos simples y contundentes números ponen en su justo contexto las equivalencias de la generación hidroeléctrica que Argentina en general –y Misiones y Corrientes en particular- están desperdiciando –hora tras hora- por demorar irracional y absurdamente las grandes centrales hidroeléctricas binacionales de Corpus Christi, Garabí y Roncador, más el vasto conjunto de obras de mediana potencia que pueden construirse en los ríos interiores de Misiones, más alguna obra binacional mediana que puede construirse en el río Pepirí Guazú, más el proyecto Añá Cuá, que es técnicamente una ampliación de Yacyretá.
En efecto, la generación media eléctrica potencial no utilizada –derrochada- es del orden de dos millones doscientos cincuenta mil (2.250.000) KWh, por cada hora transcurrida.
Esa irracionalidad pasa a tener claras aristas criminales, cuando se evalúa que ambas provincias están entre las más pobres de Argentina, con carencias sociales muy marcadas, que incluyen capas numéricamente importantes de población con desnutrición crónica, con muertes por desnutrición, con deterioros físicos y mentales que son consecuencia de esas carencias alimenticias, con bolsones de villas miseria que no pueden ocultarse, y con mucha desocupación disfrazada bajo actividades como vendedores ambulantes o estacionados en las aceras, de quinielas, chipas, baratijas, etc.
Algunos de esos proyectos hidroeléctricos fueron concebidos a principios del siglo pasado, y la mayoría de ellos datan de las décadas del ’60, ’70 y ’80. Todos ellos fueron postergados por el mecanismo sistemático de oposición al desarrollo, definido como “la maquinaria de impedir”.
Esa “maquinaria de impedir” ha sido constantemente utilizada e impulsada por los factores de poder que –desde dentro y desde afuera-, pretenden mantenernos relegados a una economía pastoril y crónicamente subdesarrollada; factores de poder que han demostrado tener profundas vinculaciones con los fuertes y casi omnipresentes intereses de las grandes petroleras transnacionales y todas las variadas ramificaciones político – económicas que lucran a costa de los perjuicios ocasionados al país.
Las ramificaciones de esos fuertes intereses petroleros y gasíferos transnacionales, además de las grandes petroleras del ex grupo de “las siete hermanas” (en su momento las siete petroleras más grandes, todas de EEUU y Gran Bretaña, una de ellas asociada a la corona holandesa); comprende a los grandes fabricantes de gigantescas usinas termoeléctricas (no alcanzan a una decena en el mundo), los importadores radicados en Argentina, los Bancos que trafican la deuda externa acrecentada por todo el circuito de producción de electricidad en base a petróleo y gas, los vinculados al negocio del transporte de los hidrocarburos (tema que en su momento fue muy costoso para la generación térmica en Misiones), los proveedores de repuestos, y todo el circuito de traficantes de influencias.
Y es notable como los ruidosos seudo ecologistas, que se rasgan las vestiduras ante todo proyecto hidroeléctrico y nuclear, guardan ominosos y cómplices silencios, frente al visible esquema de negociados vinculados con la termogeneración (la basada en petróleo y gas), e ignoran en apariencia los terribles niveles de contaminación directa e indirecta que esas usinas producen.
En la provincia de Misiones, contrasta la activa y aviesa campaña anti hidroeléctrica a ultranza de “terrorismo mediático” y “terrorismo ideológico militante” de los ultra ecologistas y algunos políticos deseosos de notoriedad, más algunos medios periodísticos puntuales; mientras que nada dicen respecto a la vergonzosa “contaminación de la miseria” que se acrecienta en función de la perpetuación del modelo de economía primaria y atrasada, y tampoco ven (aparentemente) los terribles efectos de los fosfatos y otros venenos utilizados en los cultivos, especialmente en las áreas tabacaleras; o la persistencia de enfermedades crónicas que son verdaderos males de la miseria (tuberculosos, desnutrición crónica, venéreas, y otras enfermedades infecto-contagiosas.
La exageración “ad infinitum” de las limitadísimas capacidades técnicas reales, y los altos costos económicos unidos a los casi desapercibidos pero importantes costos ambientales directos e indirectos de las mal llamadas “nuevas fuentes de energía” o “alternativas limpias de generación” (eólica, solar, hidrógeno, etc.), forma un conjunto de mitos que operan como elementos de distracción para demorar las centrales hidroeléctricas y nucleares, mientras calladamente se sigue fomentando el irracional consumo masivo de hidrocarburos, mediante nuevas centrales en base a petróleo y gas. ¡Pero los ultraecologistas y ecólatras no admiten razones lógicas, solo se mueven en función de dogmas! ¡Si incluso propugnan el subdesarrollo crónico como “estilo de vida” –pero para “los otros”-, mientras ellos no se privan de los elementos de confort moderno, que consumen mucha energía, ni de las ventajas de la medicina…que también consume energía…y -¡¡¡horror de los horrores…usa tecnología nuclear (que dichos ecologistas atacan con tanta saña), entre otras de avanzada!!! - !
¡Y parecería que casi nadie advierte que el enorme potencial hidroeléctrico descripto y cuantificado, en el marco de una cuidadosa planificación socio económica (también ausente más allá del cortoplacismo), es la gran herramienta que tenemos para salir de la miseria y el subdesarrollo crónicos!
El grave problema es cuando el subdesarrollo pasa a ser parte aceptada en los esquemas mentales vigentes. ¡E incluso el subdesarrollo crónico es alabado y fomentado por los recalcitrantes cultores del ecologismo cavernario, cultores del genocida concepto de crecimiento cero!


C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Ex Docente – Investigador = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – F.I. UNaM
Tesista de la Maestría en Gestión de la Energía = UNLa – CNEA
Docente de Economía – EN10
Docente de la Diplomatura en Geopolítica – ICM
(Un envío del Ing. Fernando Carlos Frediani)

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