por Roberto Cachanosvky en Economía para Todos
Un análisis cuidadoso demuestra que la crisis internacional no es responsable en modo alguno de los problemas argentinos.
La actividad económica argentina continúa su caída acelerada como si estuviera en un tobogán enjabonado. La fuga de capitales continúa a pesar de las medidas tipo KGB que implementa el gobierno. La desocupación crece al igual que la pobreza y la indigencia. Los números fiscales muestran un rojo furioso, con lo cual desapareció la famosa caja que disciplinaba a gobernadores e intendentes. La inflación hace estragos en los presupuestos familiares y podría seguir con datos económicos que muestran el estruendoso fracaso del famoso modelo que lleva adelante un improvisado en economía como es Néstor Kirchner. Su esposa, que, cuando tiene tiempo va a la Casa Rosada a sentarse en el sillón de Rivadavia, viene argumentando desde fines del año pasado que todo esto nos pasa (en rigor no reconocen todos los problemas mencionados) en que la culpa es de la crisis mundial. Para Cristina, Néstor fue un genio merecedor del Premio Nobel de Economía que fue boicoteado por la crisis internacional. Recordemos que ya Cristina había dicho en EE.UU. que Argentina no necesitaba un plan B, sino que los que necesitaban un plan B eran los países desarrollados y, poco tiempo, tuvo que poner cara de pocker y salir a anunciar los famosos planes para comprar autos, camiones, bicicletas, calefones, heladeras y demás alquimias para tratar de dar vuelta una crisis económica que tenía sus causas en los descalabros internos, patrimonio exclusivo de Néstor, y no tanto en la crisis internacional. Puesto de otra forma, si bien la crisis externa tuvo algún impacto en la actividad económica interna, esa influencia está lejos de explicar el fenomenal caos en el que estamos metidos. Para entender porqué los Kirchner son responsables de este lío económico y la culpa no es del mundo, primero tengamos en cuenta que aproximadamente el 57% del total de las exportaciones argentinas provienen de los productos primarios (fundamentalmente granos) y de las manufacturas de origen agropecuario. Es decir, el grueso de las exportaciones está basada en lo que produce el sector agropecuario y la industrialización de esa producción primaria. Ese mismo sector que Néstor desprecia y Cristina dice que quieren ganar muchos a costa de los más pobres, la protesta de la abundancia y de las 4x4. Ahora bien, junto con esta nota hay dos gráficos para mostrar si la crisis internacional pudo haber afectado, como se excusa el matrimonio, para producir el destrozo económico interno que estamos viviendo. Primera pregunta: ¿de dónde saqué estos dos índices que voy a mostrar? Del sitio del Ministerio de Economía, en la Secretaría de Política Económica (toda una ironía el título de esta secretaría considerando que a esto difícilmente pueda llamársele política económica, más bien le iría mejor el título de Secretaría de Destrucción Económica). Y, para que ningún kirchnerista (si es que todavía se encuentra alguno que lo declare públicamente) me acuse de tomar mal los datos, aclaro que dicha Secretaría de Política Económica cita como fuente al benemérito INDEC. Por lo tanto, cualquier protesta sobre lo que arrojan las cifras, por favor dirigirse a Moreno.
(Clickear en la imagen para agrandar el gráfico)
El primer gráfico muestra el Índice de Precios de Exportaciones de productos primarios de Argentina, en el cual tienen un peso decisivo los productos agropecuarios. ¿Qué muestra? Que luego de la caída de los precios de los productos primarios de exportación que se produce a partir de la crisis del sudeste asiático (1997), la crisis rusa (1998) y la devaluación del real en 1999, los mismos se estabilizaron en torno a un valor índice 80 y justo a mediados del 2002 comienzan a recuperarse, con la suerte que tuvo Néstor de que en el momento que se sentó en el sillón de Rivadavia los precios comenzaron a subir en forma casi continua salvo un breve período en 2005. Luego, literalmente se dispararon. ¿Cuánto bajó el índice de precios de exportación de productos primarios desde el pico en el tercer trimestre del 2008 y el primer trimestre del 2009 (última información disponible en la el sitio del Ministerio de Economía)? Bajó el 24,6%. ¿Explica esta caída la catástrofe económica en que estamos metidos? No, porque si bien bajaron desde ese pico un 24,6%, todavía están un 53% por encima del nivel que tenían cuando, entrando por la ventana, Kirchner llegó a la presidencia y un 43% por encima del promedio 1997/2001, antes de que él llegara al gobierno. O, si se prefiere, está por encima un 31% del promedio 2004/2007, antes de la crisis internacional y cuando, según Cristina, crecíamos como nunca había crecido Argentina en los últimos 200 años (siempre me preguntó de dónde habrá sacado las estadísticas desde 1809 para poder comparar. ¿Se las habrá preparado el INDEC?).
(Clickear en la imagen para agrandar el gráfico)
Si hacemos el mismo trabajo con el segundo gráfico, el que muestra el Índice de Precios de Exportación de Manufacturas de Origen Agropecuario, el resultado es casi el mismo. La baja del índice es del 24% respecto al pico del tercer trimestre del 2008, pero está un 58,3% por arriba de mayo del 2003 cuando Kirchner llegó al gobierno y un 35,7% por encima del período 2004/2007. Veamos algunos datos más. El precio del trigo (fuente FMI), Golfo México, en junio pasado estuvo un 87,4% más alto que cuando asumió Kirchner. Las comparaciones para el mismo período son: maíz 110% arriba, poroto de soja 172% más alto, harina de soja 148% más, aceite de soja 157% más, aceite de girasol 194% más alto. Pregunta, ¿qué hubiesen hecho Néstor y Cristina si les hubiese tocado los mismos precios que le tocaron a De la Rúa? Obviamente el helicóptero hubiese sido demasiado lento. ¿Tal vez el tren bala que van a construir? Todo lo anterior muestra que la oportunidad que desaprovecharon, y sigue desaprovechando, el matrimonio para crecer en serio. Pero también refleja la impresionante capacidad de destrucción que tienen. Porque, aún con estos precios un poco más bajos, igual sigue habiendo precios muy buenos en el mercado internacional y la crisis interna no solo no afloja sino que se profundiza. No fue la crisis internacional la que nos llevó a este desquicio. Han sido las políticas de los Kirchner lo que destruyó el país sumergiéndonos, como decía al comienzo de la nota, en la inflación, la recesión, un gasto público que dispararon al infinito, las regulaciones fascistas de la economía, la confiscación de flujos y stocks de riqueza del sector privado y la falta de seguridad jurídica que derivó en una gigantesca fuga de capitales, los que hicieron que la economía explotara y, seguirá explotando mientras sigan en el mismo rumbo. La economía argentina no se reactivó en los últimos años gracias a Kirchner, sino a pesar de Kirchner, por lo tanto, no descubrió ninguna teoría económica insospechada, sino que confirmó, sobre el hambre y la desocupación de los argentinos, lo que un país no debe hacer para caer tan bajo. Si con los precios de exportación que tuvo Néstor y ahora tiene Cristina la Argentina sigue cayendo, el problema no es el mundo. El problema es el matrimonio y su capacidad de destrucción.