Su avanzada preocupa a gobiernos vecinos. Busca hacerse de toda la cadena de valor en sectores clave. Que firmas locales resultan atractivas y funcionales
De la mano de una moneda en alza, y con respaldo asegurado, Brasil sigue ganando mercados y consolidando nuevas empresas y puestos de producción, tanto en territorio propio como en plazas extranjeras.
El tema vuelve a ser noticia tras los últimos movimientos realizados por el país vecino, que ya generaron el alerta en distintos gobiernos de la región.
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Ropa, cemento, carne, bebidas, acero y bancos son los segmentos donde la avanzada del capital brasileño se hace sentir con más fuerza. A través de nombres como Camargo Correa, Itaú, InBev, o las alimenticias JBS y Marfrig, Brasil hoy consolida el proceso de multinacionalización iniciado a comienzos del año 2000.La avanzada se muestra potenciada por una moneda que en estos últimos 4 meses se apreció casi un 20% frente al dólar. A esto hay que agregarle una mejora en la calificación obtenida esta semana por parte de Moody's, que se sumó a la línea de Standard & Poor's y Fitch en el otorgamiento del "Investment Grade". Ya en el ámbito de los negocios en concreto, Brasil anunció recientemente la fusión entre las cárnicas locales JBS y Bertin, que llevó al país vecino a ser el mayor procesador mundial de carnes bovinas.Y también la adquisición de la estadounidense Pilgrim’s Pride por parte de la primera, que coloca a Brasil en el lote de los punteros globales en cuanto al procesamiento de carne de pollos.Este movimiento –acorde con las políticas de crecimiento empresarial que ese país viene impulsando desde hace décadas– tuvo su espaldarazo la semana pasada con la compra interna de Seara por parte de Marfrig, que transformó a la nación limítrofe en el principal exportador de aves de corral de la región.La solidez de capital, y una visión de negocios a largo plazo apuntalada desde lo estratégico, lo ha llevado a dominar varios sectores fundamentales de algunos de sus vecinos continentales. Uruguay en alerta
En Uruguay ya hay suma preocupación, dado que las compañías brasileñas controlan en ese territorio a ocho de las veinte mayores exportadoras orientales. Y poseen a la principal arrocera, Saman, así como también una serie de frigoríficos que le aseguran el dominio del 30% de la faena local de ganado.En esa dirección, seis de las diez plantas que más procesan carne en Uruguay están en manos de brasileños a través de Marfrig, Bertin-Friboi y Pulsa. Asimismo, el monopolio de la producción cervecera en ese país es de Ambev, una empresa brasileño-belga.
Como si esto fuese poco, Brasil tiene una posición de peso en el negocio del ladrillo a través de las constructoras Saceen y Método. Y también en el sector de curtiembres, donde cuenta con la mayoría accionaria de la única trasnacional en ese rubro: Zenda.
"La expansión de Marfrig, al comprar el 51% de las acciones de Zenda por u$s49,5 millones que se anunció el martes, es sólo un escalón más en la expansión y la incidencia que está teniendo Brasil en las economía uruguaya" publicó el jueves el diario El País de Uruguay. Además señaló que, en conversaciones privadas, integrantes del Gobierno encabezado por Tabaré Vázquez admiten su preocupación.Nueva incursión en Argentina
Sin lugar a dudas, la Argentina aparece como el escenario donde Brasil mejor ha demostrado su capacidad económica y comercial. Para muestra, sólo hacen falta algunos nombres: Acindar, Quilmes, Quickfood (hamburguesas “Paty”), Alpargatas y Loma Negra son algunas marcas que hoy suenan en portugués.Esta expansión en espacios clave de la economía local, lejos de terminar, es apenas un principio: diversos analistas y expertos consultados por iProfesional.com dan por sentado que la salida de la recesión originará una nueva ola de adquisiciones de compañías locales.Y que el inicio de esta incursión está al caer: sucederá antes de 2010, y tendrá como principal objetivo el bloque de las empresas argentinas que generan materias primas. En otras palabras, las compañías que elaboran productos para los gigantes que ya están en manos brasileñas. Desde los emprendimientos familiares, que producen alimento balanceado, hasta los generadores de hilados para la industria textil.Este comportamiento ya fue alertado, entre otros, por Ignacio De Mendiguren, presidente del Observatorio Pyme. "Los brasileños ya directamente compran porciones de mercado, no sólo empresas, para asegurarse así el control total de la cadena", advirtió. De Mendiguren hasta se permitió un ejemplo: “La actividad de la construcción es toda extranjera”, en referencia al control del cemento y del hierro que ostentan Camargo Correa y Arcelor Mittal.La estrategia: comprar toda la cadena de valor
"Ya no importa que el producto sea brasileño, sino que el dueño de la empresa sí lo sea. Y eso lo permite Argentina, que como competidor no existe y tiene la tendencia de vender todas sus empresas”, aseguró a iProfesional.com el economista Tomás Bulat.
Bulat anticipó los próximos objetivos del capital brasileño en la Argentina. “Desde empresas textiles hasta las que generan alimentos para el ganado, pasando por los que tienen campo o cultivan soja y los que generan insumos para cada industria”, identificó.“Las compras estarán orientadas a la cadena de valor. Como lo hicieron con la carne: acá primero vinieron por los frigoríficos y ahora están yendo directamente por los derivados”, dijo.
“Lo que hace Brasil está dentro de una estrategia general que comenzó hace décadas con la sustitución de importaciones, siguió con la mejora del mercado interno, y luego dio paso a la exportación. Ahora estamos en otro momento: el de la compra masiva de empresas en otros países”, destacó Bulat.Para el economista, la aplicación de esta receta en el caso argentino llega como consecuencia de experiencias fallidas vinculadas con el traslado de empresas brasileñas a este país. El entrevistado mencionó, a modo de ejemplo, a la cervecera Brahma, que inicialmente ingresó en la Argentina con planta propia.El resultado: una dura derrota comercial a manos de Quilmes, líder absoluta del mercado. “A ese primer paso en falso, Brasil respondió de manera contundente: compró directamente la cervecería Quilmes. Con eso se aseguró la marca y la cuota de consumidores más alta. Bueno, eso es lo que está aplicando hoy en otros lugares”, explicó.
Lo expresado por Bulat también encontró eco en la visión de consultoras como Deloitte. Desde la firma, el analista Ezequiel Abisman reafirmó el inmediato interés de los brasileños por empresas proveedoras de materias primas.“Es muy probable que apunten a las Pyme o por ahí más atrás en las cadenas de valor. Si es cemento, también es factible que se expandan en lo que hace a construcción y Real Estate. O si hablamos de bebidas, que se inclinen por comprar empresas que fabriquen envases”, expresó.Abisman aseguró que “lo que se busca luego de la compra fuerte es asegurarse la materia prima y también la distribución”. “También el campo se volverá interesante. Hay que ver si, en ese caso, desembarcan de manera directa o a través de alianzas con grupos locales”, indicó.Cuestión de valor
Uno de los argumentos a tener en cuenta, llegado el momento de desentrañar el accionar del capital brasileño, es el precio que ostentan hoy las compañías locales en relación con las del país vecino.La diferencia entre las firmas que cotizan en Brasil y las argentinas se ubica posiblemente en sus máximos históricos.Prueba de ello se da en el sistema bancario. Y, como ejemplo, cabe consignar la relación entre el Banco Itaú y el Grupo Financiero Galicia.
A mediados del año 2000, la capitalización bursátil de la entidad bancaria brasileña sumaba u$s9.500 millones, mientras que para ese mismo momento el valor del G.F.G. era de u$s1.900 millones. Es así como, la relación de ambas capitalizaciones bursátiles era de 5 a 1. En la actualidad esa relación es nada menos que de más de 60 veces (u$s33.000 millones vs u$s540 millones). Otro ejemplo se da en el sector siderúrgico, donde las empresas nacionales, según la Fundación Mediterránea, valían el doble que sus pares brasileñas en 1998. En la actualidad valen un tercio de aquellas.El negocio es ahora
Jorge Castro, analista de mercados internacionales, expresó en cifras la envergadura de los capitales destinados a expandir el aparato brasileño.“Las compañías brasileñas invirtieron fuera de Brasil u$s20.457 millones en 2008, un aumento de 190% con respecto al año anterior. Esto representa el 60% del total de la inversión extranjera directa (IED) de América latina”, dijo."En 1990 eran sólo seis que realizaban desembolsos en el exterior. Ahora son 877", concluyó.Por otra parte, Pablo Rojo, titular de Río Bravo Inversiones, ponderó la política comercial brasileña y, en simultáneo, criticó con dureza la posición argentina. “Las empresas de este país pierden valor por la cantidad de restricciones que pesan sobre los negocios”, comentó. Y agregó: “Pero esas restricciones un día se van a levantar. Y ahí las compañías recuperarán valor. Los brasileños saben que eso sucederá en algún momento: por eso mismo aprovechan y se apuran a comprar ahora”.Para Rojo, Brasil logrará la meta de transformarse en la quinta economía del mundo en menos de una década. “Van dando pasos muy rápidos en lo que es la globalización. Mientras que acá, se están tomando decisiones que nos van a volver importadores de todo. Hasta de carne”, disparó.Multis fuera de Brasil
Casi como un testimonio formal de un liderazgo comprobado de antemano, Brasil lidera las estadísticas en cuanto al origen de las 500 mayores empresas de América latina. Al menos, eso es lo que asegura una medición realizada recientemente por la revista Fortune.Según la publicación, la parte alta del ranking aparece dominada por las tres grandes petroleras de la región que han estado en la cima en todas las ediciones de ese estudio: la mexicana Pemex, la brasileña Petrobras y la venezolana PDVSA.Pero Brasil aparece siendo el país que más aporta al ranking en cuestión, con 212 empresas entre las más grandes. Dicho relevamiento arrojó, además, que entre las primeras 50 apenas figuran cuatro argentinas: Techint, Tenaris, YPF y Ternium.A continuación, un gráfico que muestra los primeros puestos:
Antecedentes
Brasil se hizo fuerte este último tiempo adquiriendo marcas líderes en sectores claves de la economía local. A punto tal que la soja argentina ya tiene parte de ADN brasileño: Investimento em Participacoes compró, hace tiempo, un porcentaje de Los Grobo, una de las principales compañías agropecuarias del país. Sin embargo, no sólo se limitó al "yuyito". También venía dejando su sello en otros rubros claves como el siderúrgico, alimenticio, textil, cementero y bancario. Acindar, Quilmes, Paty, Reebok, Alpargatas, Topper, Flecha, Pampero y Loma Negra son algunas de las tantas empresas y marcas que, como parte de una política de país sustentada en el largo plazo, ya dieron cuenta de esta avanzada brasileña. Pero también hay varias Pyme. Y todo indica que esta lista con el tiempo se irá haciendo más larga.
Mientras, la Argentina sigue presa de conflictos internos que vienen de larga data como lo es el del campo, aún sin resolver.
Fuente: Infobaeprofesional.com
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